sábado, 21 de agosto de 2010

Dos viajes, la misma historia.

La verdad es. que me gustarían más los viajes si no fuera por las muchas horas que hay que hacer para llegar a un bonito destino.

Recuerdo que mi viaje de promoción, allá por el año 97, fue uno de los más largos que tuve. Visitamos Huaraz (no teníamos tanto presupuesto). Todas las mañanas salíamos a eso de las 6 a.m. (quizás exagero, pero salíamos bien temprano) para ir a visitar alguna pueblito de alrededor. Como salíamos de noche a una discoteca, el viaje madrugador servía a muchos para dormir y a algunos otros para contar las anécdotas de la noche anterior. En mi caso, yo estaba asmático y se me había acabado el inhalador. Dormir en esas situaciones es algo difícil, pero conseguía algunos momentos de descanso almenos.

Recuerdo que las imágenes más chocantes las encontraba cuando viajaba entre esos pueblitos, eran la de niños en estado de abandono, pidiendo limosnas a todos los carros que pasaban.

Mi viaje de promoción fué una de esas cosas que pensé que no volvería a vivir, no me agradan los viajes largos. Claro, eso cambió cuando a finales del 2006 prácticamente me fuí del Atlántico al Pacífico. Mi viaje de cuatro días seguidos (¿o fueron cinco?) de viaje desde Sao Paulo a Lima. Cuando pasé la frontera Bolivia-Perú me sentí en casa, y me desplomé. Habíamos estado tomado un bus trás otro, estaba enfermo, estresado, quería llegar lo más rápido a Lima, pero mi cuerpo no respondía bien. Así que mi amigo, el cual ya sabía la ruta del viaje, y yo decidimos quedarnos un día en Puno.

Quisiera pensar que es la mágia de volver a la patria, pero lo más seguro es que fueron las pastillas. Me recuperé en un par de horas, así que decidímos salir a dar una vuelta por la ciudad. Es extraño, a pesar de haber pasado alrededor de nueve años desde mi visita al interior del Perú, las imágenes, son las mismas.

Pobreza.

Que bello que el paisaje serrano, ver el cielo contrastado con las altas montañas, los cerros, algún nevado. Sus colores, sus matices.

Pero hay lugares, varios lugares, que no pasan de pueblos fantasmas, gente que se mueve por inercia. Pueblos que nosotros olvidamos.

Cuando creé este blog, yo pensé Ah! Voy a contar sobre mi viaje de promo y mi viaje Sao Paulo-Lima. Empezará con un "No me gusta viajar" para terminar hablando sobre la pobreza. Claro, diversos motivos me llevaron a recién escribir sobre esas historias hasta ahora. Aunque unas semanas atrás, conté sobre este tema a una persona.

Ella me dijo, lo que sucede es esto.... Y simplemente no puedo repetir su explicación porque no la entiendo. Quisiera, pero no entiendo. No entiendo como hay una explicación para diez años (en lo mínimo) de total olvido a nuestra serranía.

Puno cuenta, com un 67% de población infantil indígena en pobreza. Cuatro regiones más superan a Puno en esa desdichado porcentaje.

Según los estadístas, los números nos favorecen. El Perú creció tanto y tanto, y superamos a cuántos. Somos líderes en blah blah blah. En Sudamérica, ni hablar...sigamos con este modelo económico, que el Perú avaaaaaaaaaanza.

Pero lamentablemente, en el Perú, los números nos siguen pegando abajo.

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